sábado, 3 de octubre de 2020

ELLOS

Les conocí hace algunos años en un lugar que recuerdo muy bien, pero prefiero no nombrarlo porque no viene definitivamente al caso.

Ella y el, me cautivaron con sus historias de aventuras revolucionarias, de sus sueños, de todas aquellas utopías que compartíamos, porque he de reconocer que sus sueños parecían mis sueños en otras pupilas.

Ellos, que habían vivido mas que yo, que habían sido instruidos mejor que yo, que conocían de poesía, de literatura, de música, que habían estado en su México lindo y querido muchas y muchas veces pero que últimamente ya no podían porque "ya no alcanza para esos lujos", llenaron aquel vacío de intelectualidad que las calles habían estacionado durante un tiempo en mi memoria ávida de nuevos horizontes.


Les perdí la pista.


Tiempo después, cuando ya estaba en boga el internet y las mal llamadas "redes sociales" les volví a ver. Específicamente la volví a ver a ella en la imagen que proyectaba un pequeño "avatar", donde aparecía sonriente y como después de haber espantado todos los males que en el pasado le aquejaban. Decidí cliquear el botón de follow. Comencé a darme cuenta de aquella lamentable metamorfosis: aquellos enemigos del pasado que juntos combatimos con tanta ideología, con tanto ahínco, en aquellas interminables tertulias de cuando hablábamos con ese orgullo de haber salido de ese túnel oscuro que provocaba la algarabía de los noventas, de aquel "no hay vuelta atrás", de aquella esperanza que todos compartíamos (al menos nuestro pequeño círculo). 

Esos enemigos, o específicamente ESE enemigo se había convertido en su ídolo. En su benefactor. En su sostén. En quién pone la comida en la mesa, pues. 

Hoy son otros. Ellos ahora se decantan por la nueva república. Por un "nuevo orden". Por la vuelta a estadios totalitarios donde la voluntad del amo y señor está sobre la de las grandes mayorías. Donde ellos mismos se han convertido en cajas de resonancia de una incipiente dictadura que como un infante, ya ha empezado a dar sus primeros pasos. Y parece que quiere correr. Ellos, que siempre lucharon al menos con las ideas heredadas de sus antepasados como sostén; quienes en muchos casos perdieron hasta la vida, ahora están pisando deshonrosamente todo ese legado que alguien ingenuamente les dejó.

Ellos son ahora empleados del régimen. Ellos ya son parte de la infamia que representa el arrodillarse nuevamente ante un capital. Un capital producto de un saqueo. Una vuelta atrás. Un retroceder.


A ellos, ya no les conozco.


sábado, 12 de diciembre de 2015

LA NUEVA GENERACION DE EDITORIALISTAS

LA NUEVA GENERACION DE EDITORIALISTAS (como la llamó la Bessy).

Recientemente, la “bloguera” Bessy Ríos arremetió en un iracundo texto, contra la gente que habitualmente escribe en columnas de opinion, tanto para periódicos impresos como para medios digitales, tan en boga hoy en día.

Aclaro que no soy ninguna clase de superstar de medios ni siquiera mi blog tiene visitas acaudaladas como las de los involucrados en este post, sin embargo me atrevo a escribir estas notas, simplemente motivado por la indignación.

No es posible que alguien, desde la comodidad de su teclado, ataque a otro poco que desde la comodidad de su teclado (pero además, desde la lejanía obligatoria de cada caso específico, lo halla llamado a estar lejos de su parcela) sin ninguna consideración de su estado actual.

Es fácil atacar cuando no se tienen suficientes argumentos para refutar la idea. El solo hecho de involucrar al factor de inmigración, invalida la idea. ¿por que? Por que ha requerido valentía, ha requerido desapego de lo material de la persona para emigrar. Si, soy un inmigrante, de los nuevos. Y desde la palestra escribo estas líneas. Porque considero injusto el ataque de Bessy. Porque si uno no está allí no es porque no ame a la “patria” simple y sencillamente porque tiene mas valor la vida que un concepto etéreo e incomprensible como ese de “patria”, incomprensible personalmente porque no puedo entender que significa para un emigrado eso. ¿La Familia? No lo creo, mi familia no tiene nacionalidad, afortunadamente provengo de dos países, vecinos pero dos distinas nacionalidades que me hizo borrar la estupidez que han inculcado los politicos en querer a un determinado territorio marcado por un mapa. No me considero ni de aquí ni de allá,y mucho me encantaría que ninguna persona se sintiera anclada a ningún territorio. Eso sería liberador.

Abandonar un territorio es un acto de fe, de valentía. Nunca estuve tan de acuerdo en esto hasta que lo hice. Mucha gente, como Bessy, lo consideran un acto de cobardía. Yo lo consider un acto de amor. Amor por la familia, por los amigos y por uno mismo. El que se deja matar es un cobarde. Porque no luchó hasta lograr superar esa tarea que deja de ser de uno y pasa a ser del Estado.


Recientemente, El Faro publicó el resumen de lo que sería su investigación sobre el famoso “libro Amarillo”. Confieso que la primera vez que leí sobre ese libro, leí con ansiedad, deseando no encontrar algo que esperaba desde luego encontrar. Para mi tranquilidad, lo que esperaba encontrar, no lo encontré. Era la historia de mi padre. Su vida, sus aventuras y desventuras ligadas siempre al Partido Comunista y  a Nicaragua, a los Sandinistas y a Cuba. A la URRSS y a todo lo que tenía que ver con una mentalidad progresista que lo único que quería era pasar la página y ver un país mas equitativo, de gente con acceso a las eternas demandas “educación, vivienda, salud, y ahora mas vulgarmente introducidas por Venezuela, “ocio”. No apareció nunca nada de eso, pero mi mente y mi memoria tienen claramente registrado lo que pasó en aquella lejana mañana de 1981, que debería ser olorosa a leche y cereal y por el contrario en mi memoria huelen a pólvora y uniforme verdeolivo recién lavado.

viernes, 13 de enero de 2012

La Pinta, La Pega y la Santa Utopía

Hemos entrado a un nuevo ciclo electoral en el pequeño país de las contrariedades, y como muchas cosas que aquí suceden y se vuelven sorprendentes por el simple hecho de ser casi irreales, ahora hay un nuevo agente en la contienda que está sobre el tapete.

Ahora la "ciudadanía honrada" muestra su indignación en todos los medios posibles por lo que algunos medios de comunicación han denominado "Pinta y Pega". Una práctica que se viene dando desde tiempos inmemoriales no solo acá, sino en muchos países pobres, países del tercer mundo. Y es que precisamente se nos ha olvidado que somos un país tercermundista. Donde los políticos hechan mano del dinero otorgado por el Estado para desarrollar su campaña, en procura de conseguir el mayor caudal de votos. Está claro que no es lo mismo imprimir e ir a pegar en todos los postes de una ciudad, de un pueblo, de un cantón la foto del candidato promovido, que pagar un carísimo spot publicitario en cualquier medio de circulación masiva. Jamás va ser igual. Por muchos factores, que los publicistas saben perfectamente bien. El "top on mind", la presencia de marca, la visualización del candidato permanentemente, es mucho mas efectivo que un anuncio entre muchos anuncios en medios que son de corta duración. Lo contrario es lo mas conveniente. Y lo saben los partidos políticos. Y lo hacen. Y lo seguirán haciendo.

No estoy defendiendo esa labor ni mucho menos. Pero me parece muy miope el creer ilusamente que con sus llamados y sus reclamos mediante llamadas telefónicas, muros de facebook, o "tweets" en Tweeter, o inclusive una ordenanza municipal, los partidos políticos van a dejar de hacerlo. Simplemente no lo harán. Por todas las líneas anotadas arriba, y muchos motivos mas que basta con platicar con la dirigencia de algún partido para que se las enumere abultadamente.

Por otra parte, cuando un ciudadano se muestra indignado, asqueado, o profundamente molesto por una propaganda que "afea" la ciudad, no puedo mas que pensar que este ciudadano es un ciudadano modelo. Que cumple con sus impuestos. Que bota la basura en su lugar. Que participa en campañas de reforestación en su ciudad, que limpia el respectivo espacio en su vivienda, en fin, que vive en una suerte de paraíso, gracias a que el o ella lo mantiene así. Todos sabemos que esto es totalmente falso. ¿Quien no ha visto al irresponsable arrojar la colilla del cigarrillo a través de su vehículo?, ver las bolsas de alimento vacías, caer desde el bus en marcha? Basta con enumerar una campaña de reforestación en la ciudad, cuando la ha habido? Y si la hay, ha tenido una respuesta contundente como la mostrada hacia la famosa campaña "anti pinta y pega"?

En líneas generales, se sabe que lo que se prohíbe, se vuelve atractivo para quienes gustan de quebrantar la ley. Entonces, que podemos hacer?

Ya que estamos presenciando una lucha que no hace mas que demostrar una vez mas lo confrontativo que es nuestra sociedad, lo intolerable, y la falta de capacidad para llegar a acuerdos, a consensos, pues no queda mas alternativa que regular. Si, regular de manera efectiva.

Una forma de regular esta práctica que indigna a tantos es firmar un acuerdo ANTES de que arranque la campaña electoral. Entre todos los partidos contendientes, comprometiéndose al restablecimiento del orden en cada lugar que alteraron con su propaganda. Que estos partidos políticos, destinen parte del gasto que les otorga el estado, para contratar cuadrillas de personal que se encargue de la limpieza de todo lo alterado. Y que la plata para esos salarios, sea depositada con antelación, por aquello de "los olvidos" de algunos a la hora de honrar sus deudas.

Esto es algo que no se hace, y por el contrario, la pinta y pega continúa no solo en San Salvador, sino en todo el país, donde es invisibilizada dada la poca importancia que tiene mediáticamente exponer, por ejemplo, la ciudad de Texistepeque.

Sería además un avance esperanzador, sobre la capacidad de nuestros dirigentes, de poder ponerse de acuerdo para encontrar un bienestar común para la sociedad en general.

martes, 10 de enero de 2012

Reacio

reacio, cia.

(Del lat. reactum, supino de reagĕre, reaccionar).


1. adj. Contrario a algo, o que muestra resistencia a hacer algo.


Partiendo de esta interpretación del diccionario de la RAE sobre el término "Reacio", es que decidí cambiar mi identidad en el Twitter a partir de una noticia indignante y por demás desalentadora.

Ayer por la mañana, se expandió casi levemente a través de los medios electrónicos la noticia del sobreseimiento definitivo, solicitado por la Fiscalía General de la República de El Salvador, para los presuntos asesinos del poeta Roque Dalton, quien fue fusilado un 10 de mayo de un lejano 1975.

Esto es parte de toda una maraña de asesinatos enmarcados en un macabro paréntesis de nuestra historia llamado Ley de Amnistía la cual ha dejado impunes todos los crímenes que se pueden clasificar como enmarcados dentro del contexto del conflicto armado.

Sin embargo, desde mi postura de ciudadano, preocupado por el inmenso aporte que Roque hizo a la pobre literatura salvadoreña, si me inquieta que una persona de tal importancia para la cultura nacional, quede en el limbo de los crímenes sin respuesta, solución y mucho menos, justicia.

Los Acuerdos de Paz, la Ley de Amnistía, y todas las demás leyes que pueden encubrir esta clase de hechos, han sido dictadas a la medida. A la medida de quienes cometieron dichos crímenes. Esto no se trata de izquierdas o derechas. Se trata de humanismo, de indignación por asesinar la voz del poeta.

Es por esto que me declaro reacio. Reacio a aceptar tal condición de seguir siendo un testigo mudo y aceptar como si nada ha sucedido, la desaparición física de alguien que nos dio tanto. Reacio a aceptar los discursos políticos que únicamente nos tratan de vender un mundo ideal, cuando ese mundo está siendo construido para ellos mismos. Reacio a seguir consumiendo sus mentiras sistemáticamente, mientras 10 a 13 ciudadanos caen muertos diariamente en este país, donde la tradición manda, que precisamente somos todo lo contrario a mostrarnos reacios frente a esta realidad que nos consume irremediablemente.

viernes, 13 de mayo de 2011

Un día en la vida. (Con el permiso de don Manlio)

Esto de madrugar si es cansado: llevo ya 8 meses en esto, pero en realidad no queda de otra. Aparte de no tener otra opción, si tomo en cuenta todo lo que hay, o lo que logré encontrar, esto es lo menos peor.

Ya estoy en pie desde las 4 de la mañana, tengo que caminar alguito para llegar hasta el lugar donde tomo el pickup que me lleva hasta Soyapango. La Berta ya está levantada también, siempre se levanta cuando yo estoy bañándome para hacerme los panes que me llevo para el trabajo. Siempre huevo, a veces frijoles y cuando hay, crema. Los siento ricos, con el café que pasa vendiendo el chamaco, quien pareciera anda fumigando con la gran caja en el lomo.

Mientras camino, voy pensando en lo que vimos ayer en la tele: dicen que aquí está jodido, que se están matando entre ellos. Yo conozco a un par de locos, los he visto "poniendo" en los buses pero conmigo se hacen los majes. Creo que saben que somos pobres, que apenas podemos con nosotros mismos, sólo yo trabajo y la Berta se dedica a cuidar a los cipotes. Los majes lo saben, lo han visto y por eso creo que no me tocan. Pero uno nunca sabe.

Ya en la polvosa hay un grupo de gente. Distingo al Carlos que va para Nejapa, la Chayo que se consiguió un trabajito allá por el Salvador del Mundo, el Seco que está de vigilante en una empresa de la Escalón, y don José que vende trapeadores en el mercado. Me saludan y los saludo pasándome de mano la bolsa con los panes, que a esta hora ya quisiera estar comiéndolos, pero tengo que esperar el café que el chamaco me fía a diario. Una cora diaria, le cancelo al quince.

El pickup viene casi vacío, somos de los primeros en subirnos. Unicamente vienen dos señoras vendedoras con sus delantales, traen unos huacales topados de tamales. Arranca el pickup, y mientras tragamos polvo, el sol anuncia un nuevo día. Este lugar es feo pero cuando está amaneciendo, se parece a esos lugares que salen en la tele, se le olvida a uno la pobreza en la cual vive.

Me limpio los burrones al bajarme del pickup, pues el jefe siempre dice que tenemos que andar bien presentables para los clientes, creo que tiene razón porque ya han habido veces que las secretarias de las recepciones se nos quedan viendo de pies a cabeza para ver si andamos limpios. Algo debe tener de razón.

La 7 si viene topada. Hasta guindados. Pasa que viajan los estudiantes y por eso se topa y los motoristas no paran de meterle gente y gente hasta que no quepa más. Me meto como puedo y le doy los 20 centavos estirándome olímpicamente para hacerle llegar las monedas al motorista, pero siempre cuidando mi bolsita con los panes, que a esta hora ya parecen tortillas. Me voy metiendo como una culebra en medio de toda la gente, va de todo: Señoritas bien bonitas y maquilladitas, cipotes con los pelos parados como está a la moda, señores con sus grandes bolsos de albañil, señoras de los mercados, señoras amamantando cipotíos, bichos dormidos en los brazos de las señoras, hombres con el gran patín a guaro, todo el bus huele a todos los olores que allí van encerrados. Todos los días es así. Ya a esta hora son las 6:30 cuando damos la vuelta por el hiper. Y la gran trabazón. Algunos se entretienen viéndole las nalgas a las mujeres, otros viendo para otros buses, una señoras leyendo la Biblia. Yo me entretengo viendo a los otros.

Al fin me bajo para agarrar el último bus que me toca, para poder llegar antes de las 8 al trabajo. El otro bus viene relativamente vacío, casi como siempre. Pero se suben dos locos que ya me los puedo, yo se que se han subido a poner. Tristemente, decido bajarme como dos paradas antes, pero es que no llevo más cosas de valor que el celular sin saldo además de mis pancitos, pero estos locos tienen fama de que si uno no les da nada, lo joden a uno sin dudarlo.

Al fin llego. Me trago los panes, y con agua, pues el chamaco del café ha pasado antes de que yo llegara. Nos ponemos a cargar el camión. Mientras cargo, pienso en mi cipota que la he tenido con calentura estos días pasados. Ojalá que ahora que llegue ya esté mejor. Nos vamos, llevamos una gran ruta: vamos fuera de San Salvador y al regreso tenemos un cliente por la entrada de Nejapa.

El camino va bien, nos vamos oyendo a la Choly y sus leperadas, de voladas a mi no me gusta mucho, pienso que mis cipotes aunque pobres, deberían ser educados. Yo siempre quise ser educado pero mis tatas no pudieron darme el estudio. Pero aquí ando pelándome el lomo para que no le pase lo mismo a mis bichos.

Hacemos el primer reparto sin problemas, el de la bodega que recibe, es un poco amanerado: siempre que llego me pregunta que como estoy, si no necesito alguna cosa, que si quiero algo que le diga. Yo se que es lo que quiere, dicen que a un bato que estuvo antes, lo puso bien catrín. Yo como siempre, lo jodo y no le sigo la corriente.

Nos vamos para donde el otro cliente, el segundo. No se de donde, me pareció reconocer un lugar así. Creo que en el diario de ayer que me prestaron en la bodega vi una foto de este lugar. Recordando esto iba cuando se nos pusieron tres majes enfrente del camión. El Gaveta no hizo nada, solo frenó y se puso como papel. Yo igual, no sabía que hacer. Los majes nos estaban apuntando, los tres con sus cuetes negros. Se acercaron a las dos puertas sin dejar de apuntarnos, y nos pidieron el dinero, que no andábamos porque el producto no nos lo pagan a nosotros. Como el Gaveta les dijo eso, nos ordenaron bajarnos. Reconocí a uno. El me reconoció a mi también. Me dijo que de donde era. Le respondí.

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"Esta mañana, dos trabajadores de una empresa repartidora de productos lácteos, fueron asesinados a balazos en una zona rural.
No se reportan capturas hasta el momento".

jueves, 24 de febrero de 2011

LOS CAFRES DEL VOLANTE

Dos lamentables hechos se han producido en diferentes puntos del país durante la semana que está por concluir. Con apenas unos días de diferencia, estos sucesos han disparado las alarmas en la opinión ciudadana, tan dada a reaccionar ante lo magno pues tristemente, estos hechos tienen esa característica.

En ambos, y en otros no tan significativos accidentes, se han visto involucradas unidades del transporte público, una "clase" dentro de la sociedad salvadoreña, que ha optado por depositar en esa clase la causa y origen de todos los males que aquejan a la población en general.

Convendría por comenzar a analizar parte por parte lo que tanto se dice en las redes sociales, así como en el mismo vox populi. En primer lugar, definir que entendemos por "busero".

Entiendo que el término se refiere al conductor de la unidad de transporte, en el recae el peso de toda la tragedia. El es el ente malévolo que lleva a los pasajeros hasta el destino final de sus vidas, sin ningún factor externo que colabore para que éste lleve a cabo su macabro plan. O por el otro lado, existe la posibilidad que "busero" se refiera al empresario de transporte. En este caso, es peor aún. Ya que esto lo convierte en el autor intelectual de tanta muerte y heridos, una especie de patrocinador del terrorismo en nuestro país.

Ni lo uno ni lo otro.

No se trata de defender a los "cafres del volante" (término gracioso, pues no distingue el tamaño del vehículo que maneja el individuo). Todo esto es reflejo de una pobreza cultural, un lastre arrastrado desde hace muchos años atrás. Justamente como los accidentes de tránsito son provocados por los "buseros", de igual manera se dió la tragedia en La Málaga (por el factor cultural del tratamiento adecuado de la basura), así como también la tragedia de Las Colinas en Santa Tecla (por la construcción en una zona de altísimo riesgo), de igual manera han habido muchos, muchísimos accidentes provocados por conductores particulares. Como resultado de una pobreza no sólo en el sentido de la responsabilidad, sino que peor aún, con la destreza para la conducción adecuada de los vehículos. Si lo duda, espere a leer las "cifras oficiales de Semana Santa".

Curiosamente ayer, al calor de la noticia recién divulgada, se podía leer numerosos "tuits" condenando el hecho. Términos indecorosos, mentadas de madre, insultos de todo tipo se leían en las redes sociales así como se escuchó en boca del ciudadano de a pie. Ahora se lee que "los salvadoreños, a través de las redes sociales indignados, piden el retiro del subsidio". Posiblemente muchos de esos mensajes fueron escritos desde teléfonos mientras estos usuarios conducían sus vehículos. Una muestra más del sentido de irresponsabilidad que exhiben muchos salvadoreños a la hora de poner en riesgo no sólo sus vidas, sino la de los que infortunadamente, se crucen en el camino de este ciudadano indignado por los "cafres del volante".

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Una vuelta por la Antigua

Y la vida te regaló un año más de vida. Y me regaló a mi, un mes más de tu compañía. Y nos regaló a ambos, una noche mágica frente a un escenario centenario.

Decidimos ir a ver a ese argentino irreverente, a ese que no le excita cagar en el mar. Como dos hippies centroamericanos, tomamos un mapa imaginario y enrumbamos hacia esa ciudad de la cual se habla tanto en los paquines para turistas.

No sabíamos por donde tomar, que rumbo tomar. Los rótulos verdes tienen letras, que forman nombres. Pero eso no nos importaba. Nos importaba el calor del que llevábamos a la par, la mirada furtiva de vez en cuando, el tomarte la mano, el sentir que me tomabas la mía. Y fué esa la guía que nos llevó hacia nuestro destino temporal, que nos abrigaría por un par de días.

En aquella ciudad de habitantes de todas partes, llegados con el mismo objetivo que nosotros, redescubrimos el tiempo detenido. Cronos se hace sentir con fuerza allí. Y nos integramos inmediatamente. Ir y venir día y noche por sus callecitas, la pequeñez nuestra ante tanta majestuosidad sólo hacía que necesitaramos una y otra vez volver a visitar sitios explorados someramente.

Tanta historia abruma! Tanta pintura, obra de arte, objetos de gran valor! Creo que lo he asimilado mejor porque a la vez que sentía mi excitación de tener tanta historia frente a mi, sentía que lo estaba admirando a través de dos pares de ojos. Noches mágicas bajo luces tenues, o frente a luces de velas de restaurantes con nombres olvidados. Portones que se abrían para darnos paso en medio de una oscuridad ancestral. Calor generado de paredes centenarias que nos albergaron aquel tiempo. Todo todo, es una mezcla de imágenes que aún están frescas dentro de mi.

Y llegó ese día tan esperado por vos, que sabías más de los éxitos de aquel argento tan simpático en el escenario. Con dos guatemaltecos amabilísimos conformamos la banda feroz de admiradores de Andy Calamaro. Con ella y el nos sentamos =gallo en mano= a saborear a través de los sentidos todo lo que nos tenía preparado esa noche guatemalteca. Bebí sorbo a sorbo todo su arte, los sonidos policianos que nos regaló cuando coverió Walking On The Moon, o cuando converió a Led Zeppelin. Tuvo una muestra generosa de David Bowie también. No cabe duda, que es uno grande entre los grandes de la tierra austral. Ni los de atrás, ni los de adelante nadie en aquella ermita quería que aquello acabara. Pero tenía que acabar.


Me temo que los blogs son para escribir brevemente, por lo que tendré que omitir miles y miles de detalles que sucedieron entre las líneas atrás escritas. Pero también me temo que habrá "Una vuelta por la Antigua II".