jueves, 24 de febrero de 2011

LOS CAFRES DEL VOLANTE

Dos lamentables hechos se han producido en diferentes puntos del país durante la semana que está por concluir. Con apenas unos días de diferencia, estos sucesos han disparado las alarmas en la opinión ciudadana, tan dada a reaccionar ante lo magno pues tristemente, estos hechos tienen esa característica.

En ambos, y en otros no tan significativos accidentes, se han visto involucradas unidades del transporte público, una "clase" dentro de la sociedad salvadoreña, que ha optado por depositar en esa clase la causa y origen de todos los males que aquejan a la población en general.

Convendría por comenzar a analizar parte por parte lo que tanto se dice en las redes sociales, así como en el mismo vox populi. En primer lugar, definir que entendemos por "busero".

Entiendo que el término se refiere al conductor de la unidad de transporte, en el recae el peso de toda la tragedia. El es el ente malévolo que lleva a los pasajeros hasta el destino final de sus vidas, sin ningún factor externo que colabore para que éste lleve a cabo su macabro plan. O por el otro lado, existe la posibilidad que "busero" se refiera al empresario de transporte. En este caso, es peor aún. Ya que esto lo convierte en el autor intelectual de tanta muerte y heridos, una especie de patrocinador del terrorismo en nuestro país.

Ni lo uno ni lo otro.

No se trata de defender a los "cafres del volante" (término gracioso, pues no distingue el tamaño del vehículo que maneja el individuo). Todo esto es reflejo de una pobreza cultural, un lastre arrastrado desde hace muchos años atrás. Justamente como los accidentes de tránsito son provocados por los "buseros", de igual manera se dió la tragedia en La Málaga (por el factor cultural del tratamiento adecuado de la basura), así como también la tragedia de Las Colinas en Santa Tecla (por la construcción en una zona de altísimo riesgo), de igual manera han habido muchos, muchísimos accidentes provocados por conductores particulares. Como resultado de una pobreza no sólo en el sentido de la responsabilidad, sino que peor aún, con la destreza para la conducción adecuada de los vehículos. Si lo duda, espere a leer las "cifras oficiales de Semana Santa".

Curiosamente ayer, al calor de la noticia recién divulgada, se podía leer numerosos "tuits" condenando el hecho. Términos indecorosos, mentadas de madre, insultos de todo tipo se leían en las redes sociales así como se escuchó en boca del ciudadano de a pie. Ahora se lee que "los salvadoreños, a través de las redes sociales indignados, piden el retiro del subsidio". Posiblemente muchos de esos mensajes fueron escritos desde teléfonos mientras estos usuarios conducían sus vehículos. Una muestra más del sentido de irresponsabilidad que exhiben muchos salvadoreños a la hora de poner en riesgo no sólo sus vidas, sino la de los que infortunadamente, se crucen en el camino de este ciudadano indignado por los "cafres del volante".